¿Te despiertas a mitad de la noche entre las 2 y las 4 de la mañana? Para muchos, esto puede parecer un signo de insomnio, pero ¿y si te dijera que es algo completamente natural e incluso un vestigio de cómo solíamos dormir durante miles de años?
Antes del siglo XIX, era común que las personas durmieran en dos bloques durante la noche, un patrón conocido como «sueño bifásico». Dormían unas horas después de la puesta del sol, se despertaban durante 60 a 90 minutos para reflexionar, orar o simplemente descansar, y luego regresaban a dormir hasta el amanecer. Este intervalo nocturno no era considerado un trastorno, sino una oportunidad para la introspección o la conexión espiritual.
De hecho, hay quienes hoy día aprovechan estos despertares para prácticas meditativas profundas. Al entrar en un estado de relajación, es posible alcanzar ondas cerebrales Delta, similares a las del sueño profundo, lo que aporta descanso incluso sin largas horas de sueño continuo. Este fenómeno es común entre algunos practicantes espirituales que priorizan la calidad del descanso sobre la cantidad de horas dormidas.
¿Y qué pasa si simplemente aceptas que despertarte a mitad de la noche es normal? La clave está en no angustiarse. En lugar de luchar contra estos despertares, considera verlos como una pausa natural en tu ciclo de sueño. Respira, relájate y, si lo sientes, medita o anota tus pensamientos. Esto no solo puede ayudarte a volver a dormir más rápido, sino que también te permite conectar con una parte olvidada de nuestra historia.
Quizás el insomnio no sea siempre un enemigo, sino una invitación a redescubrir un ritmo más humano y natural de descansar.
¿Te identificas con esta experiencia? ¡Cuéntamelo en los comentarios!